"Renunciar no está en mi sangre"

• ¿Qué tal tu año y cómo va el proyecto de limpieza de la Gran Montaña?
• ¿Cómo piensa sanear las finanzas?
• ¿Qué éxitos puedes contar hasta ahora?
• ¿Por qué es tan importante para ti este proyecto?
• ¿Qué encuentras en la montaña y cómo consigues sacar las cosas de la ladera?
• ¿Y la concienciación medioambiental de los nepaleses?
• Tu último proyecto pretende ahora apoyar a largo plazo a los ayudantes de las expediciones...
• ¿Qué le motiva?
• ¿En qué piensa cuando lucha contra las fuerzas de la naturaleza en la zona de la muerte?
• ¿Podría llevar a alguien a una cumbre de 8.000 metros?
• ¿Quieres recuperar el récord de Kristin Harila? ¿Quizá sin oxígeno?
• ¿Tiene ya planes para una nueva aventura?

Nirmal Purja: Para ser sincero, fue un año muy difícil para mí. Trabajé duro y guié a gente por las grandes montañas durante once meses. En el proceso, tuve que aceptar la pérdida de dos amigos en Shishapangma. Eso me afectó mucho. El proyecto de limpieza de las grandes montañas también es un reto. No se trata sólo de retirar la basura de una temporada concreta, sino de hacer frente a las masas de basura desde el inicio del alpinismo en el Himalaya. Lo más difícil es conseguir la financiación necesaria para sufragar los costes de mano de obra cualificada, especialmente para los sherpas que realizan las labores de limpieza.

Esperamos atraer a donantes importantes que puedan apoyar financieramente el proyecto. Aunque contamos con la mano de obra y los conocimientos necesarios, los recursos financieros son cruciales para el éxito sostenible de las labores de limpieza.

Hemos recuperado cantidades considerables de basura. Durante las dos últimas Grandes Limpiezas de Montaña organizadas por la Fundación Nimsdai en el Everest y el K2, se retiró un total de 1.124 kg de residuos. Esto equivale a la cantidad de basura producida por tres hogares británicos al año. Esto lo demuestra: Podemos marcar la diferencia cuando trabajamos juntos. Volveremos el año que viene para limpiar el Everest. Pero el verdadero éxito reside en desarrollar directrices con el gobierno y trabajar con organizaciones como el ejército nepalí, que añade valor a nuestros esfuerzos.

Estoy experimentando de primera mano los efectos del cambio climático en las montañas: los glaciares se están convirtiendo en lagos en un plazo de diez años. Esto tiene un enorme impacto en las zonas río abajo. Debemos actuar juntos ahora. Porque los ecosistemas de montaña son de enorme importancia para nuestro hogar, la Tierra. En ellas vive el 15% de la población mundial, se concentra la mitad de los focos de biodiversidad y abastecen de agua dulce a la mitad de la población mundial. Sin embargo, las montañas también están amenazadas por el cambio climático, la sobreexplotación y la contaminación. Todos debemos poner de nuestra parte y colaborar para proteger nuestro hogar. Lo que ocurre en las montañas nos afecta a todos.

Los residuos incluyen tiendas de campaña abandonadas, bombonas de oxígeno, envases de comida, equipos desechados y, por supuesto, heces. Los contaminantes de estos residuos son arrastrados a los ríos por la lluvia y el deshielo y contaminan el suministro de agua de la población local, lo que supone un grave riesgo para la salud. Además, todavía hay muchas cuerdas viejas que hay que retirar para evitar lesiones y muertes evitables causadas por escaladores que se enganchan accidentalmente en cuerdas viejas, podridas y olvidadas. Disponemos de mano de obra y recursos para retirar la basura. Pero el mayor problema es la falta de expertos en reciclaje en Nepal. Estamos buscando activamente apoyo para iniciativas de reciclaje que garanticen que los residuos se procesan adecuadamente. La idea es convertir los residuos en algo nuevo, como ropa nueva. Pero el reciclaje es prácticamente inexistente en Nepal.

Por desgracia, esto aún no está muy desarrollado. La educación es crucial, y este es uno de los principales focos de nuestra fundación. Tenemos que educar a la gente sobre la importancia de la responsabilidad medioambiental y las prácticas sostenibles. Pero Nepal es un país pobre y el turismo es una importante fuente de ingresos. Por tanto, debemos asegurarnos de que el turismo en el Himalaya sea más sostenible. Esto empieza con las directrices de las empresas de guías. Por ejemplo, utilizamos un sistema solar para alimentar el campamento base y tenemos protocolos estrictos de "limpiar a medida que se avanza" y "no dejar rastro" en nuestras expediciones. Es crucial que tanto las empresas como sus clientes sean conscientes del impacto medioambiental de sus acciones y apoyen iniciativas como la compensación de emisiones de CO₂. Lo más importante es concienciar a todos los implicados sobre el turismo responsable.

Exactamente, los porteadores son la columna vertebral de nuestra comunidad y nuestro "Proyecto Horizonte" pretende ofrecerles mejores condiciones de trabajo y de vida. Queremos construir casas para los porteadores en todo el país, por encima de los 5.000 metros de altitud, y garantizarles salarios justos. Transportan bolsas, equipos y suministros por los senderos. Hasta ahora no hay alojamientos permanentes donde puedan descansar y calentarse. Suelen caminar otras tres horas de vuelta a su pueblo una vez terminado su trabajo. Construiremos nuestro primer Porters Lodge para 100 personas en Lobuche en 2024. El edificio se construirá con materiales y conocimientos locales, utilizará energías renovables y honrará el patrimonio y la historia de los porteadores. Será un lugar especial, un centro comunitario para pernoctar, con una cafetería que podrán utilizar senderistas, sherpas y porteadores. Los ingresos pueden ayudar a sostener la economía local y dar trabajo a la población local.

Creo que en la vida no basta con estar motivado o recibir motivación de los demás. Tienes que estar motivado tú mismo, tienes que tener esa disciplina dentro de ti. Por ejemplo, si estás en un equipo deportivo y el entrenador te obliga a entrenar, está bien, pero tienes que tener la autodisciplina de salir a entrenar.

Para mí, cobra vida en las montañas. Allí encuentro la paz. El ruido de la vida a nivel del mar se desvanece y sólo existe la escalada y la montaña. Hay que estar totalmente concentrado y ser consciente de lo que te rodea. Como jefe de expedición, tengo que tener en cuenta todos los microcambios meteorológicos, cuidar del equipo y saber cómo están, y asegurarme de que todo el mundo está motivado y seguro. Mis años con los Gurkhas británicos, la UKSF y mis continuos esfuerzos, como el K2 en invierno, 14 Peaks y la dirección de mis empresas, me han enseñado a gestionar todo esto. No llevo el rendirme en la sangre. Se trata de mantener una actitud positiva y liderar desde el frente.

Pero, por supuesto, siempre y cuando estés en forma y recibas una guía 1:1 de mi parte... De lo contrario, te devuelvo el dinero. Nosotros iríamos primero al Kilimanjaro o al Aconcagua. Son cimas técnicamente fáciles. Allí entenderás lo que la altitud le hace a tu cuerpo. Luego sería el Manaslu para aumentar tu confianza en ti mismo. Luego viene el Everest.

No lo creo. Yo fui el primero en acuñar este estilo de montañismo. Lo llamo el estilo Nimsdai. Igual que Reinhold Messner, que fue la primera persona en escalar el Everest sin oxígeno. Son récords "rompedores". Eso es lo que pretendo. Quiero establecer nuevos estándares con mis expediciones.

Pero claro. ¡Ni siquiera he empezado, hermano!