Estoy orgulloso de mis dos hijos. Además, a los 23 años conseguí cumplir el 100% de un deseo (ganar la medalla de oro en el decatlón de los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988, nota del editor).
Mi peor derrota fue en Götzis, cuando un médico me inyectó el brazo adormecido durante la clasificación para los Juegos Olímpicos de 1992. Eso significó que toda mi preparación fue en vano, porque quería ganar otra medalla. Pero una inyección errónea lo frustró.
Para mí, la alegría siempre ha estado en primer plano. Por eso, cuando alguien me dice que el deporte profesional es una carga psicológica, creo que el planteamiento es erróneo. Por supuesto, en mi libro digo que el dolor y el deporte son para mí como hermanos siameses. Los atletas de alto rendimiento somos todos masoquistas. Y, por supuesto, en el deporte individual hay que superar constantemente los límites. Pero me encantaba, también porque tenía éxito. Y con nosotros, los decatletas, la ventaja es que no sólo aprendemos una disciplina, sino que hay diez. Eso fue un regalo para mí.
Me encanta el skyr, me lo doy todos los días. Es un lujo para mí.
En el deporte, hemos avanzado mucho, al menos en el nivel superior. Algunos atletas han conseguido cierta presencia mediática gracias a sus grandes actuaciones.
Con mi experiencia como antiguo entrenador estatal de para atletismo en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, tengo que decir que hay una enorme necesidad de ponerse al día a nivel de clubes. Esto se debe a la falta de formación de los paraformadores y a la falta de integración del tema de la inclusión en la formación de los formadores, a partir de la licencia C. Además, existen incertidumbres y temores en los clubes, entre los entrenadores y los preparadores, sobre el hecho de entrenar a para-atletas sin formación. Por eso hay una falta de ofertas. Sin embargo, también me he dado cuenta de que los padres ni siquiera sabían que había posibilidades de que sus hijos participaran si tenían una enfermedad. Por lo tanto, el trabajo de relaciones públicas y la provisión de ofertas son existenciales. Esto requiere voluntad y empatía.
En resumen, me gustaría decir que el deporte es un motor de inclusión en Alemania. Soy amigo de lo interdisciplinario. Veo soluciones en los festivales, eventos conjuntos y talleres. La inclusión del para atletismo, por ejemplo, en los planes de estudio de la formación de entrenadores es imperativa.
Escucha las historias de vida de tus padres o de otras personas. Escucha cómo puedes tener éxito. Esa es la máxima para mí: aprender de los experimentados.
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