Los vendedores son la primera interfaz entre la marca y el cliente, y pueden influir significativamente en la decisión de compra gracias a su experiencia y entusiasmo. En el futuro, la formación en responsabilidad social de las empresas (RSE) y la introducción del pasaporte digital de productos (DPP) ocuparán un lugar central. En el futuro, los vendedores no solo tendrán que conocer los productos, sino también comprender su impacto social y medioambiental.
Los requisitos más importantes:
- Conocimiento de toda la cadena de valor de la producción
- Comprender las herramientas para medir el impacto en el medio ambiente y la sociedad
- Interpretar y explicar de forma comprensible los datos sobre el impacto medioambiental y social
- Comunicación sencilla de los requisitos normativos
- Comprensión de los procesos posteriores al consumo, como Reciclaje, reutilización y reparación
Christophe Cordonniercofundador de Lagoped™explica: "Hemos introducido un sistema interno para analizar la vida útil de nuestros productos con el fin de almacenar todos los datos sobre nuestras prendas y accesorios. Esta información acaba en un ordenador externo que calcula los resultados. Nuestros eco-scores están disponibles en todos los canales de venta: online, en el catálogo y en las etiquetas colgantes. La puntuación ecológica es también una importante herramienta de formación para nuestro personal de ventas y nuestros socios minoristas".
En los próximos años, los consumidores estarán cada vez mejor informados, lo que cambiará radicalmente sus hábitos de compra. También es probable que esto dé lugar a nuevos tipos de clientes, incluido el núcleo de subconsumo. Se calcula que la Generación Alfa tendrá un poder adquisitivo de unos 5,5 billones de dólares en 2030 (fuentes 1 y 2).
Como parte del Green Deal y del nuevo CSRD-la medición de la vida útil y el rendimiento de los productos desempeñará un papel fundamental. Cuanto más tiempo se utilice un producto, menor será su huella ecológica, lo que supone un reto para el marketing, el desarrollo de productos y la comunicación con los clientes. Pero, ¿cómo medir y comunicar de forma creíble esta longevidad?
Una solución podrían ser unos especiales en los que los consumidores aprendan a reparar o actualizar ellos mismos sus equipos, con el apoyo de socios como Sobre un trabajador o El Buen Bucle. Otro planteamiento consiste en recoger las opiniones y comentarios de los clientes un año después de la compra para recopilar datos valiosos sobre el uso del producto.
Otra idea interesante: tiendas OutDoor más pequeñas y especializadas, por ejemplo en estaciones de tren de camino a estaciones de esquí o ciudades costeras. Podrían centrarse en lo esencial, ofrecer material de alquiler y servir de punto de devolución del material alquilado.
La responsabilidad ampliada del productor (RAP) y los nuevos servicios de Economía Circular-productos y envases cambiarán profundamente el sector minorista. Aquí es donde el ciclo de vida del producto desempeña un papel decisivo. En el futuro, los códigos QR de los productos podrían proporcionar información sobre su vida útil, cuidado y reciclaje. También son concebibles los chips RFID para indicar signos de desgaste.
La cooperación con aplicaciones de fitness que muestren la vida útil restante de las zapatillas de correr y sugieran el servicio de reparación más cercano también podría ser una ampliación de servicios con visión de futuro. Estas ofertas darán un nuevo significado a los clásicos programas de fidelización de clientes. En lugar de incentivos económicos, la atención podría centrarse en la formación, los eventos y la promoción del OutDoor. Los clientes se convertirían en embajadores de la sostenibilidad y la rentabilidad.
Información, productos o servicios digitales: Mientras que la Gen Z favorece favorece el consumo compartidoLa Gen Alpha vive el concepto phygital: la fusión de experiencias físicas y digitales. Para ellos, la transición entre el comercio electrónico y las tiendas físicas es fluida; la clave está en la experiencia del cliente (CX).
Este nuevo grupo objetivo, que superará los 2.000 millones de adultos en 2025, podría tener el mayor poder adquisitivo de la historia. Y en el sector OutDoor está surgiendo una tendencia clara: de la pura "propiedad" a la "experiencia". Esto significa centrarse menos en la propiedad y más en la utilización. Alquilar en lugar de comprar, también para el equipamiento personal. Marcas como Rip Curl ya ofrecen trajes de neopreno de alquiler, Vaude alquila sacos de dormir y colchonetas, y Mijo ofrece paquetes OutDoor personalizados para aventuras de senderismo y esquí.
Grégory Pouyexperto en estrategias de marketing digital, afirma: "La Generación Z y la Generación Alfa no son opuestas. En tiempos de grandes cambios de valores y creencias, no se trata tanto de generaciones como de concienciación y formación de nuevas comunidades. Las marcas deben adaptar sus mensajes a cada grupo objetivo y llevar a sus clientes de la mano para forjar juntos una nueva era."
Algunos grandes distribuidores están diversificando su oferta y ofreciendo servicios B2B innovadores. Marcas como Etam™ con el programa Wedarelab o Decathlon™ con Pulso como incubadoras de empresas. Estos programas no sólo ofrecen un espacio para el desarrollo de la innovación, sino también una estrategia de inversión a largo plazo. Decathlon ha invertido alrededor de invertido alrededor de 400 millones de euros en asociaciones desde 2018: desde colaboraciones con pequeñas empresas hasta participaciones mayoritarias en actores puros como Alltricks™ y Bergfreunde..
Pero educar también significa compartir experiencias para avanzar en los objetivos sociales y ecológicos de la industria de la moda. Así, Veja™ organiza eventos gratuitos en sus tiendas insignia: desde presentaciones de libros hasta paneles de debate sobre temas como la sostenibilidad y la moda. También Salomon™ también está comprometida con la transparencia y publica regularmente informes de impacto (fuentes 3). Con un claro enfoque en el reciclaje y la reparación, la marca tiene los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU firmemente en su punto de mira.
Inclusión, sostenibilidad, decisiones basadas en datos y una cultura de aprendizaje continuo: el OutDoor tiene potencial para dominar los retos del futuro. Como en el deporte, el éxito aquí también depende de la claridad de objetivos, la fortaleza mental y la disciplina a largo plazo. El deporte y la empresa comparten a menudo los mismos principios. El OutDoor reúne todos los requisitos para establecer un modelo empresarial moderno y resistente que satisfaga las expectativas de clientes y empleados.
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