El término Shinrin Yoku apareció por primera vez en 1982 en relación con una campaña de conservación de los bosques en Japón. La campaña pretendía animar a la gente a volver a la naturaleza pasando tiempo en los bosques. Traducido literalmente, Shinrin Yoku significa "bañarse en el bosque", y se consideró un término para motivar a la gente a experimentar, sentir, saborear y oler la naturaleza y los bosques de Japón. Hoy en día, el Shinrin Yoku no solo es promovido por el Estado en Japón, sino que también es reconocido como un principio curativo eficaz en medicina.
El baño de bosque implica una estancia intensiva en el bosque. Sin límite de tiempo ni objetivo, la atmósfera de la naturaleza no solo debe verse, sino experimentarse. Esto puede hacerse paseando lentamente por el bosque, oliendo y, por ejemplo, sintiendo la corteza de los árboles y el musgo húmedo. Experimentar el olor, el sabor y el sonido en el bosque son piedras angulares del baño forestal. También lo son permanecer en lugares verdes donde es posible meditar, o simplemente observar el entorno. Todo esto debe hacerse sin prisas ni estrés, para poder sumergirse plenamente en el bosque.
Desde que el término Shinrin Yoku apareció por primera vez en la década de 1980, se han llevado a cabo estudios e investigaciones regulares sobre el tema hasta la fecha con el fin de demostrar científicamente los efectos positivos de los baños de bosque. Los resultados hablan por sí solos: pasar tiempo en el bosque levanta el ánimo y alivia el estrés. Entre otras cosas, los responsables son los fitoncidas, que las plantas y los árboles emiten para protegerse de las bacterias y los ataques de enfermedades. La inhalación de los fitoncidas tiene un efecto reductor del estrés y de la tensión arterial en los seres humanos. También se ha demostrado que el ritmo cardíaco se estabiliza durante el baño de bosque y, por tanto, también contribuye a calmar, reducir el estrés y a la satisfacción general de los seres humanos.
En sentido estricto, no hay reglas para bañarse en el bosque, salvo que hay que involucrarse con la naturaleza tanto como sea posible. El lema es: experimenta en lugar de pensar. En lugar de mirar constantemente el móvil para ver la ruta en el bosque, hay que apagar el móvil y mantener encendidas las percepciones sensoriales. Dado que el baño en el bosque consiste principalmente en relajarse, no hay que fijarse un límite de tiempo para la excursión. Lo importante es estar presente y disfrutar plenamente de los diversos estímulos e impresiones de la vegetación salvaje.
En realidad, esto es posible en cualquier bosque. En Alemania y en Europa en particular, la elección es grande; Alemania es uno de los países con mayor densidad forestal de Europa. Casi un tercio de la superficie total está cubierta de árboles, incluidos bosques tan conocidos como la Selva Negra, el Spreewald, la Suiza sajona o el Fichtelgebirge. Pero además de estos famosos, también hay, por supuesto, bosques más pequeños y menos conocidos que pueden estar en sus inmediaciones. Para los principiantes precavidos, es buena idea apuntarse a un taller de baño forestal y hacer una visita guiada por el bosque. Los amantes experimentados de la naturaleza, sin embargo, pueden adentrarse en la paz y la tranquilidad por su cuenta.
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