Bluesign Technologies AG se fundó en 2000 en St. Gallen (Suiza) y desarrolló el sistema holístico Bluesign, basado en el principio de gestión del flujo de entrada. Esto significa que excluye las sustancias nocivas para el medio ambiente del proceso de fabricación desde el principio y puede garantizar así que el producto final cumpla también los requisitos más estrictos de protección del consumidor en todo el mundo.
En este sentido, Bluesign no sólo tiene en cuenta el producto final en términos de protección del consumidor, sino también todos los efectos sobre las personas, el medio ambiente y el consumo de recursos. El objetivo es reducir la huella ecológica a lo largo de toda la cadena de valor. Desde los componentes químicos hasta las emisiones y el consumo de energía, el sistema analiza y controla todas las fases de fabricación. Basándose en la "mejor técnica disponible" (MTD), las directrices y procesos se desarrollan para cumplir los criterios de sostenibilidad, por un lado, y la calidad, funcionalidad y diseño que exige el mercado, por otro. Un efecto secundario bienvenido: los recursos ahorrados contribuyen a que la producción sea más rentable. Los proveedores de productos químicos, los fabricantes de todos los procesos de producción textil y las marcas forman parte del sistema Bluesign.
Las empresas se someten a estrictas evaluaciones para certificar los productos químicos y los componentes y accesorios textiles fabricados. Si un producto está fabricado con componentes "Bluesign Approved" (es decir, certificados por Bluesign), puede recibir la etiqueta "Producto Bluesign". El sistema Bluesign no se limita a determinados tipos de materias primas y fibras, ni a fases concretas de producción, ni a determinados productos textiles de consumo. Para facilitar la cooperación entre fabricantes y proveedores, Bluesign Technologies ha desarrollado la plataforma web "Bluesign Cube". A través de ella, las empresas pueden hacer un seguimiento fácil y transparente de sus insumos de producción y, por tanto, también medir y aprender a comprender sus resultados, lo cual es necesario para tomar decisiones basadas en datos.
Al menos el 90% de un producto textil debe tener la certificación Bluesign. Esto incluye, en particular, las capas interior y exterior de una prenda, incluidos todos los estampados. Además, al menos el 30% de todos los ingredientes, como cremalleras, botones y bordados, deben tener la certificación Bluesign. El 10% restante, como máximo, de los textiles y el 70% de los ingredientes que no cuenten con la certificación Bluesign deben cumplir los estrictos límites de los criterios Bluesign para la protección del consumidor.
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