"El futuro de la sostenibilidad empieza por la movilidad", afirma el Foro Económico Mundial de la ONU. En ese futuro, el coche seguirá desempeñando un papel fundamental, pero ya no será tan importante como ahora. Según el estudio "Mobility Futures" de la empresa británica de estudios de mercado Kantar, el 51% de la movilidad en las grandes ciudades de todo el mundo se sigue haciendo en coche. En 2030 seguirá siendo el 46%, pero cada vez más con coches compartidos, eléctricos y autónomos.
El experto en movilidad Hans-Peter Kleebinder, comisario del "Sustainability Lounge presented by PwC" en la IAA MOBILITY de Múnich (del 7 al 12 de septiembre de 2021), predice: "La sostenibilidad se convertirá en el tema más importante de la movilidad del futuro. La moneda de cambio para ello es nuestra huella ecológica personal en la movilidad". Los automóviles de gasolina o diésel, que hoy en día son más bien inmoviles -porque según las estadísticas permanecen 23 horas al día aparcados al borde de la carretera o en el garaje-, ya no encajan en este concepto.
Ejemplos como el de la ciudad belga de Gante demuestran que los ciudadanos están dispuestos a aceptar nuevas soluciones inteligentes. La ciudad ya apuesta por un control del tráfico basado en datos, carriles bici y zonas peatonales "para mejorar la vida de todos los ganteses". Allí, el 30% del tráfico se realiza a pie y cada familia posee una media de 2,8 bicicletas.
Los expertos prevén un enorme salto en el uso urbano de la bicicleta en los próximos años, gracias a unas e-bikes cada vez más potentes y cómodas, gracias a las bicicletas compartidas y gracias a la mejora de las infraestructuras con carriles bici seguros y aparcamientos para bicicletas. El estudio de Kantar predice que el tráfico de bicicletas en las grandes ciudades de todo el mundo aumentará un 18% de aquí a 2030. Ningún otro sector crece más rápido.
Según el estudio, los desplazamientos a pie crecerán un 15% y el transporte público un 6%. El uso práctico y saludable de la bicicleta encaja con la visión de futuro del experto Hans-Peter Kleebinder: "La movilidad debe volver a ser divertida, funcionar de forma sencilla y facilitarnos la vida al mismo tiempo". Todos se benefician de la tendencia hacia el uso de la bicicleta.
Los gobiernos danés y neerlandés han calculado que cada kilómetro recorrido en coche sigue costando hoy a una ciudad y a sus ciudadanos entre 30 y 40 céntimos, en concepto de carreteras, infraestructuras y contaminación ambiental. En cambio, cada kilómetro recorrido en bicicleta genera un beneficio global para la sociedad de al menos un euro.
Que no es una idea demasiado inteligente poseer un coche de 20.000 euros, 30.000 euros o más y luego utilizarlo una hora al día (o alrededor del cuatro por ciento de su vida útil): es probable que en los próximos años mucha gente se dé cuenta de esto. Porque habrá alternativas mucho más prácticas, baratas y ecológicas para ir de A a B. La palabra de moda es "movilidad como medio de transporte". La palabra de moda es "movilidad como servicio (MaaS)".
En este modelo, el medio de transporte elegido, ya sea coche compartido, bicicleta, transporte público, autobús lanzadera autónomo o e-scooter, ya no desempeña ningún papel. La movilidad se convierte en un servicio que se alquila y se paga, si se desea también como tarifa plana. Dado que ya no es necesario el costoso mantenimiento del coche propio y que los coches compartidos pueden recuperar sus costes las 24 horas del día, los costes globales de la movilidad pueden reducirse de una media de un dólar por milla recorrida (1,6 kilómetros) a 30 céntimos de dólar a finales de la década de 2020.
En los últimos años, el Gobierno alemán se había propuesto poner en circulación diez millones de coches eléctricos de aquí a 2030. Entretanto, puede que incluso este objetivo ya no sea suficiente. El ministro de Transportes, Andreas Scheuer (CSU): "Para alcanzar los objetivos climáticos, tenemos que ser aún más ambiciosos: 14 millones de vehículos eléctricos para 2030 tiene que ser el nuevo objetivo, según los expertos". Lo ambicioso de este objetivo lo demuestra el hecho de que en 2020 sólo circulaban por las carreteras de todo el mundo unos diez millones de coches eléctricos.
El mayor obstáculo en este camino es la infraestructura de recarga. Sin embargo, Anand Ayyadurai, CEO del proveedor indio de vehículos compartidos Vogo, ve motivos para la esperanza: "Si el coste de la energía renovable sigue bajando, cada vez más usuarios o propietarios de coches eléctricos podrán cargar los vehículos en estaciones locales de energía verde o solar." Los coches autónomos también permitirán a las personas mayores seguir siendo independientes y móviles durante más tiempo.
Las personas que ya no tienen que estar pendientes del tráfico experimentan la conducción como una parte relajada de su tiempo libre. Y como los coches autónomos -al menos en teoría- ya no causan accidentes, se reducen los gastos de las ciudades en infraestructuras de tráfico.
La Internet de los objetos (IoT), que en el futuro conectará miles de millones de dispositivos, desde teléfonos inteligentes a sistemas de calefacción o automóviles, también desempeñará un papel central en la movilidad del mañana. En el futuro, cualquiera que quiera ir de A a B introducirá en una aplicación de movilidad a qué destino debe llegar y cuándo. El software, que está conectado en red con todos los sistemas y proveedores de transporte, sugiere entonces la combinación ideal de medios de transporte, que siempre puede ser diferente según el día, la hora y la utilización de la capacidad.
La inteligencia artificial y el "Big Data" aprenden de las necesidades de los ciudadanos y ajustan con flexibilidad, por ejemplo, la división entre carreteras y carriles bici en función de la hora del día. Dado que en el futuro viajarán enormes cantidades de datos entre conductores, vehículos, fabricantes, centros de servicio e infraestructuras municipales, la protección de datos y las conexiones seguras desempeñarán un papel decisivo. Hay que descartar por completo la posibilidad de que piratas informáticos manipulen el motor, los frenos o los mandos de los vehículos conectados en red, como ocurrió hace unos años.
El proveedor japonés de automoción Hitachi predice el uso de la tecnología punta de Internet también en la movilidad: "Una solución blockchain respaldada por conocimientos de ciberseguridad puede proteger de los piratas informáticos tanto los sistemas de los vehículos como los datos personales."
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