El fracaso forma parte del camino hacia el éxito y es siempre una oportunidad para crecer y ser aún más resistentes. En la mayoría de los casos, no es un único fracaso el que lleva a la ruina a una empresa emergente. Sino más bien la combinación de varios fracasos que debilitan gradualmente a la empresa.
Stephan Peters, Director General de Sport Pioneers, y Andy Gugenheimer, Vicepresidente Senior de Desarrollo Empresarial y Asociaciones Estratégicas de Humanoo y Director General de Sportyjob y AG Sport Consulting, repasan con sinceridad sus errores y aprendizajes:
Andy Gugenheimer ha fundado él mismo un total de 15 empresas o ha participado en ellas como inversor y cofundador, lo que suma un buen número de meteduras de pata.
Su segunda empresa , Promo-Stock, fue quizá su mayor fracaso y una de sus lecciones más importantes. En 1998, tuvo la idea de crear una plataforma online B2B que vendiera artículos deportivos descatalogados a minoristas de toda Francia, precursora de plataformas de compraventa como Private Sports Shop y Veepee.
Los productos debían presentarse por vídeo en Promo-Stock. ¿El problema? Por desgracia, entonces no había suficiente ancho de banda para transmitir sin problemas. Además, los fabricantes no estaban preparados para enviar los productos directamente desde su almacén al cliente. En resumen: el producto no podía funcionar así. Además, Andy y su socio eran completamente inexpertos y no tenían ni idea de cómo montar con éxito un negocio de este tipo. Después de dos años, los dos tuvieron que tirar de la cuerda y Promo Stock abandonar.
Andy aprendió mucho de este fracaso:
1. Elegir el momento y la estrategia adecuados
"Llegamos demasiado pronto por varias razones. Porque aún no teníamos experiencia. Porque la tecnología aún no estaba lista. Porque las empresas no estaban preparadas para implantar logísticamente nuestra idea. Algo que hoy es habitual". - Andy Gugenheimer
¿Cuándo es el momento óptimo para innovar? En teoría, siempre. Pero antes de desarrollar cualquier idea, es importante analizar el mercado, observar a la competencia y planificar la estrategia de aplicación adecuada.
2. Adaptarse a las nuevas circunstancias
"Me frustró ver cómo otros competidores han evolucionado positivamente. Nos faltó ambición para decir: 'Nos atrevemos con el sector B2C. Alquilaremos un almacén'". - Andy Gugenheimer
Si la idea original no funciona, no significa que haya que tirarla por la borda. A menudo lo mejor es desarrollarla estratégicamente y adaptarla a las tecnologías, la logística, el cambio social, el grupo destinatario y la evolución de la demanda.
3. Formar un equipo fuerte
"Si hubiéramos tenido dos o tres personas más en el equipo, podría haber sido algo realmente importante.Pero nos quedamos solos mi compañero y yo. Trabajamos siete días a la semana y aún así no llegamos a la meta." - Andy Gugenheimer
Simplemente, las cosas funcionan mejor juntas: con una gama más amplia de competencias, las empresas de nueva creación pueden responder con más confianza a los retos. Un equipo bien ensamblado puede ayudarte a tomar decisiones más rápidamente y a dar los pasos adecuados para alcanzar el éxito.
4. Pagarse un sueldo, aunque sea pequeño
Los buenos fundadores persiguen una visión clara para tener éxito. Piensan empresarialmente y dejan todo el capital posible en la empresa, aunque eso signifique no pagarse un sueldo a sí mismos. Sin embargo, un incentivo monetario es un importante estímulo motivacional y también necesario para la supervivencia.
"Aprendí entonces que si no te pagas a ti mismo, es una mierda. Por pequeño que sea tu salario, tienes que integrarlo en tu modelo de negocio para crear una mentalidad positiva. Trabajábamos en nuestro pequeño piso, ocupándonos todos los días de las acciones de promoción. Era demasiado y llegó un momento en que no había incentivos para seguir con ello". - Andy Gugenheimer
El primer proyecto empresarial de Stephan Peters fue una agencia de eventos B2B, que fundó junto con su mejor amigo. Aunque no había un verdadero plan de negocio, los dos se lanzaron al trabajo con entusiasmo y ya tuvieron un gran éxito tras los dos primeros años. Cuando uno de los principales clientes no pagó sus facturas y no llegaron más pedidos debido a la crisis económica de 2008, la empresa tuvo que disolverse. Lo más duro fue que ambos habían fundado una sociedad anónima, por lo que su patrimonio privado también se vio afectado.
Aunque a primera vista pueda parecer sorprendente, Stephan se alegra de haber vivido esta experiencia. Porque le motivó a fundar su agencia de marketing deportivo Sport Pioneersque lleva funcionando con éxito desde 2010, y eso también se debe a las lecciones aprendidas de su metedura de pata:
1. La confianza es la clave
"Si algo no sale según lo previsto, hay que afrontarlo de la mejor manera posible. Enderezar la espalda y afrontarlo de forma proactiva. Sólo así podrás mirarte al espejo al final del día". - Stephan Peters
A las empresas del sector del deporte se les aplica lo mismo que a todas las demás: La resistencia y la proactividad son factores que cambian las reglas del juego y tal vez incluso los factores clave del éxito.
Esto también significa soportar las derrotas y mantener la determinación cuando las cosas no van bien, así como tomar la iniciativa para alcanzar tus objetivos y seguir adelante. Y ser capaz de afrontar los contratiempos de forma constructiva.
2. Tenga cuidado al elegir la forma jurídica
"Nuestro contable nos desaconsejó la GbR desde el principio. Era la opción equivocada para nosotros, porque respondíamos de la empresa con nuestro patrimonio privado y teníamos que pagar las deudas a lo largo de varios años según un acuerdo con el banco." - Stephan Peters
La forma jurídica es la base del éxito y el futuro de una start-up. La elección correcta puede minimizar el riesgo de insolvencia, proteger su empresa de costes inesperados y ayudarla a crecer.
3. Tenga cuidado con quién hace negocios
Esto afecta tanto a tus cofundadores como a tus clientes. Ambos pueden determinar el éxito o el fracaso de tu start-up.
"Sencillamente, hoy hago negocios de otra manera, porque la experiencia ha tenido un fuerte impacto en mí como persona interpersonal. Soy mucho más sensible a lo que hacen y dicen mis socios y clientes. Si un cliente no paga a tiempo con frecuencia, piensa si merece la pena seguir haciendo negocios con él. Comprobar los antecedentes de los pedidos más grandes siempre es una buena idea". - Stephan Peters
Toda start-up de éxito ha experimentado reveses, y aprender de estos fracasos conduce a una inmejorable mentalidad de crecimiento. Aceptarlo como parte natural del proceso de creación de una empresa puede ayudarte a centrarte, adaptarte y, en última instancia, triunfar. Así que no tengas miedo: las meteduras de pata forman parte del camino hacia el éxito.
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